François Hollande pedirá hoy a los franceses, desde el telediario de la tarde de la cadena TF1, “el esfuerzo económico más grande de los últimos 30 años”. El Estado necesita encontrar algo más de 33.000 millones para cuadrar el balance de 2013, y ese enorme ajuste va a implicar entre 15.000 millones y 20.000 millones en subidas de impuestos. Hollande ha insistido siempre en que “los más ricos pagarán más”, y el viernes dijo ante la Corte de Cuentas que la subida en ningún caso será “general e indiscriminada”. Pero los socialistas se replantean medidas como la tasa del 75% para las rentas superiores al millón de euros, y parece evidente que la necesidad de recaudar más acabará afectando a todos.
El Gobierno se ha comprometido con Bruselas a llevar el déficit al 3% en 2013, y maneja unas previsiones de crecimiento del 1% que la mayoría de analistas considera demasiado optimista. El resto de la factura saldrá de un ahorro del gasto público valorado en 10.000 millones, más 2.500 millones de la Seguridad Social, y 5.000 millones más que salen de las medidas tomadas en julio, como la tasación de las horas extras.
El 59% de los votantes están descontentos con su tarea, según las encuestas, y como afirma hoy un analista a Reuters usando una expresión muy local, “los franceses quieren saber ya en qué salsa van a ser comidos”.
Mientras tanto, el hombre más rico de Francia pide la nacionalidad belga. Bernard, Arnault ha pedido la nacionalidad en Bélgica. Aunque el empresario ha negado que se trate de un intento de exilio fiscal y que no debe hacerse una lectura política de su decisión. La derecha ha asegurado que su petición está causada por la política fiscal del nuevo Gobierno.
Monti propone una reunión en Roma para salvar el espíritu europeo, el primer ministro italiano y el presidente del Consejo Europeo consideran que está creciendo peligrosamente la población en contra de la Unión.
Rajoy ofrece a Merkel su agenda reformista como aval para el rescate y Finlandia no espera “milagros” con las decisiones que tome el BCE.
El euroescepticismo avanza en Holanda, mientras los extremismos afloran.
Merkel está decidida a evitar la salida de Grecia del euro, según Der Spiegel.
Arnie
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